Un recuerdo susurrado
“La conozco”, murmuró Joyce tras un largo silencio, y sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta de repente. Parecía estar reviviendo recuerdos enterrados en el tiempo. “Sandra fue a la escuela conmigo”, dijo por fin, con voz sorprendida. “Entonces no le caía muy bien” Aquella revelación fue como una rendija en una puerta que había estado cerrada durante demasiado tiempo. No era gran cosa, pero era un primer paso para descubrir lo que se ocultaba tras la superficie.

Un recuerdo susurrado
Ecos del pasado
Sandra era muy reservada, pero parecía odiar a cualquiera que llamara la atención -continuó Joyce pensativa. Sus palabras pintaban el retrato de una chica a la que le molestaba ser el centro de atención. Desenterré viejas fotografías de la época escolar de Joyce, buscando un rostro que se pareciera al de la mujer que tanto dolor nos causó. De hecho, la Sandra del pasado y la del presente eran la misma. Habíamos encontrado un hilo del que tirar, y me moría de ganas de ver adónde nos llevaba.

Ecos del pasado