Explicar nuestra experiencia
Respiré hondo y conté, con todo lujo de detalles, todo lo que Joyce y yo habíamos tenido que afrontar, cada detalle doloroso y aterrador. La mujer de Gestión de Riesgos se reclinó en su silla, cruzándose de brazos con expresión inescrutable. “¿Tenéis pruebas?”, preguntó, con una voz cargada de escepticismo. Su mirada fría y calculadora parecía sopesar cada una de mis palabras, evaluando si merecía crédito o no. Fue entonces cuando me di cuenta: necesitábamos algo más sólido, algo incuestionable, para respaldar nuestra historia.

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La importancia de las pruebas
“Ni vídeo, ni audio, ni firmas”, declaró sin rodeos, con sus ojos fijos en los míos sin ningún signo de empatía. “Sin pruebas, es tu palabra contra la suya” Sus palabras flotaron en el aire, cargadas de desafío. Me recorrió una oleada de determinación. Sabía, en el fondo de mi corazón, lo que había ocurrido realmente. Y no permitiría que lo descartaran tan fácilmente. Tenía que encontrar la forma de demostrar la verdad.

La importancia de las pruebas